El vino que rinde homenaje al oeste y a la tierra que sostiene nuestros cuerpos. Con raíces en Gualtallary, Valle de Uco, Mendoza, este vino refleja la pureza de la fruta, frescura y elegancia. La cosecha de 2022 proviene de viñedos a 1,250 metros sobre el nivel del mar, con suelos arenosos, limosos y pedregosos. La composición única incluye 85% Malbec, 10% Merlot y 5% Cabernet Sauvignon. La fermentación alcohólica es espontánea con levaduras indígenas, seguida de una crianza cuidadosa en tanques, piletas de concreto, barricas y fudres de roble. La producción limitada de 7,500 botellas revela un vino con carácter, destacando su alcohol de 14.1°. Un tributo a la conexión con la tierra y a la esencia de Kai Pacha.

Potencial de guarda: 5 años en óptimas condiciones de conservación